
En el rinofima se observa una marcada
hiperplasia de glándulas sebáceas, que no muestra una configuración nodular
sino que es difusa y que mantiene su localización y relación con los folículos
de la zona. Las glándulas sebáceas afectadas son de apariencia normal pero más
grandes de lo habitual. El drenaje del sebo se realiza a través del canal
central del pelo a que corresponden. El rinofima asienta sobre una piel que
muestra cambios secundarios a rosácea que pueden oscilar desde un leve
infiltrado perivascular con telangiectasias a lesiones inflamatorias
importantes con supuración. Se suelen observar, además, abundantes demodex folliculorum.
A parte del tratamiento habitual de la
rosácea, puede plantearse la corrección quirúrgica con métodos convencionales o
láser.
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