
Los efectos adversos requieren la
monitorización de sus niveles plasmáticos e incluyen: disfunción tiroidea por
el componente de iodo en la molécula de la droga (tanto hipo como
hipertiroidismo), depósitos
corneales, constipación, disminución del crecimiento, fotosensibilidad y coloración violácea de
la piel, hepatopatía necrosis hepatocelular, y fibrosis
pulmonar, la cual puede ser fatal. Puede producir asimismo bradicardia y
bloqueo AV en personas susceptibles.
Dado que la amiodarona tiene una vida media
prolongada, los efectos adversos perduran aún tiempo después de discontinuada
su administración. La amiodarona aumenta las concentraciones plasmáticas de la
digoxina (intoxicación digitálica) warfarina (fenómenos hemorragíparos) y de la
fenitoína. El tratamiento consiste en la monitorización del ECG y de los signos
vitales. Si los efectos cardidepresores son marcados, pueden ser revertidos con
bicarbonato de sodio. La droga debe ser discontinuada si existiesen signos o sintomatología
de fibrosis pulmonar.
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