La sarna o escabiosis es una ectoparasitosis que ha afectado al
hombre desde la antigüedad, pero fue hasta 1687 cuando se la relacionó con la
presencia de un ácaro en la piel. Sin embargo, sólo a finales del siglo XIX, se
aceptó que el Sarcoptes scabiei es su agente causal.
La Sarna Noruega es una forma de
presentación clínica severa y poco frecuente de escabiosis, causada por
Sarcoptes variedad hominis. En 1845, en Noruega, Danielssen y Boeck
descubrieron en enfermos con lepra lepromatosa esta variedad clínica muy peculiar,
altamente contagiosa, que posteriormente se denominó sarna noruega, costrosa o
hiperqueratósica.
Es una forma de la enfermedad en
que los síntomas son mucho más intensos de lo normal, con afectación de grandes
superficies cutáneas, de palmas y plantas, con lesiones descamativas y costrosas.
La clínica se manifiesta por placas hiperqueratósicas, fisuradas, generalizadas,
con gran contenido de ácaros y leve prurito o asintomáticos.
Se presenta con mayor frecuencia
en pacientes portadores de alguna inmunodeficiencia, asociada a enfermedades difusas
del tejido conectivo, tratamientos inmunosupresores, neoplasias
linfoproliferativas, HIV-SIDA o enfermedades neurológicas crónicas.
Estos casos son muy contagiosos,
como muchas enfermedades infecciosas, es transmitida por contacto, y por lo tanto
es una enfermedad asociada con la superpoblación y la pobreza. El estudio
microscópico de estas lesiones muestra la presencia de un gran número de
parásitos vivos, huevos y restos de los mismos. El tratamiento de esta
patología es más complejo que en la escabiosis convencional.
La Ivermectina, usada en sus
comienzos en la práctica veterinaria, por vía oral, fue probada en humanos a partir
de los años sesenta, actuando de forma eficaz sobre la más variada clase de
endo y ectoparásitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario