El descubrimiento explicaría por qué algunos jóvenes que
viven en vecindarios peligrosos o sin contención familiar se vuelven criminales
violentos y otros no. Un gen
llamado MAOA que jugaba un rol especialmente importante ha demostrado en otros
estudios afectar la conducta antisocial de las personas y ser muy común, señaló
el equipo de la University of North Carolina. Las personas con una variación
particular en el gen MAOA denominada 2R eran muy propensas a tener conductas criminales o
relacionadas con el delito, dijo Guang Guo, profesor de Sociología que dirigió
el estudio. "No quiero decir que este sea un gen del crimen, pero el 1 por
ciento de las personas lo tiene y registra puntuaciones muy altas en términos
de violencia y delincuencia", manifestó Guo en una entrevista telefónica.
Su equipo, que estudió sólo a varones, empleó datos del
Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente, una muestra nacionalmente
representativa de Estados Unidos con alrededor de 20.000 jóvenes de séptimo a
duodécimo grado. Los jóvenes del estudio son entrevistados personalmente de
manera regular y algunos brindan muestras de sangre. El equipo de Guo construyó
una "escala de delincuencia seria" basada en algunas de las preguntas
que contestaron los adolescentes. El estudio será publicado en la edición de
agosto de American Sociological Review.
Genes más ambiente
Los expertos
hallaron variaciones específicas en tres genes: la monoaminooxidasa A (MAOA),
el transportador de dopamina 1 (DAT1) y el receptor de dopamina D2 (DRD2). Los
tres estaban asociados con la mala conducta pero sólo cuando los varones
sufrían estrés, por ejemplo por problemas familiares, baja popularidad y
fracasos escolares. La MAOA regula muchos químicos neurotransmisores que son
importantes en la agresión, la emoción y la cognición, como la serotonina,
dopamina y norepinefrina. Las relaciones fueron muy específicas. El efecto de
repetir un grado dependió de si el niño tenía cierta mutación en la MAOA,
denominada repetición 2, revelaron los autores. Y cierta variación en el DRD2
parecía activarse si un joven no comía regularmente con su familia. "Pero
si una persona con el mismo gen tiene un padre que come regularmente con ella,
entonces el riesgo desaparece", dijo Guo, quien señaló que esto sugiere
que la familia es muy importante. "Estos resultados, que se encuentran
entre los primeros que relacionan las variaciones genéticas moleculares con la
delincuencia, amplían mucho nuestra comprensión de la delincuencia y las
conductas violentas y destacan la necesidad de considerar simultáneamente sus
orígenes sociales y genéticos", concluyó el equipo. Guo dijo que aún es
demasiado pronto para saber si podrían desarrollarse medicamentos para proteger
a los jóvenes en riesgo.
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