19 ene 2013

Hallaron los genes de la violencia y la delincuencia


El descubrimiento explicaría por qué algunos jóvenes que viven en vecindarios peligrosos o sin contención familiar se vuelven criminales violentos y otros no. Un gen llamado MAOA que jugaba un rol especialmente importante ha demostrado en otros estudios afectar la conducta antisocial de las personas y ser muy común, señaló el equipo de la University of North Carolina. Las personas con una variación particular en el gen MAOA denominada 2R eran muy propensas a tener conductas criminales o relacionadas con el delito, dijo Guang Guo, profesor de Sociología que dirigió el estudio. "No quiero decir que este sea un gen del crimen, pero el 1 por ciento de las personas lo tiene y registra puntuaciones muy altas en términos de violencia y delincuencia", manifestó Guo en una entrevista telefónica.
Su equipo, que estudió sólo a varones, empleó datos del Estudio Nacional Longitudinal de Salud Adolescente, una muestra nacionalmente representativa de Estados Unidos con alrededor de 20.000 jóvenes de séptimo a duodécimo grado. Los jóvenes del estudio son entrevistados personalmente de manera regular y algunos brindan muestras de sangre. El equipo de Guo construyó una "escala de delincuencia seria" basada en algunas de las preguntas que contestaron los adolescentes. El estudio será publicado en la edición de agosto de American Sociological Review. 

Genes más ambiente 
Los expertos hallaron variaciones específicas en tres genes: la monoaminooxidasa A (MAOA), el transportador de dopamina 1 (DAT1) y el receptor de dopamina D2 (DRD2). Los tres estaban asociados con la mala conducta pero sólo cuando los varones sufrían estrés, por ejemplo por problemas familiares, baja popularidad y fracasos escolares. La MAOA regula muchos químicos neurotransmisores que son importantes en la agresión, la emoción y la cognición, como la serotonina, dopamina y norepinefrina. Las relaciones fueron muy específicas. El efecto de repetir un grado dependió de si el niño tenía cierta mutación en la MAOA, denominada repetición 2, revelaron los autores. Y cierta variación en el DRD2 parecía activarse si un joven no comía regularmente con su familia. "Pero si una persona con el mismo gen tiene un padre que come regularmente con ella, entonces el riesgo desaparece", dijo Guo, quien señaló que esto sugiere que la familia es muy importante. "Estos resultados, que se encuentran entre los primeros que relacionan las variaciones genéticas moleculares con la delincuencia, amplían mucho nuestra comprensión de la delincuencia y las conductas violentas y destacan la necesidad de considerar simultáneamente sus orígenes sociales y genéticos", concluyó el equipo. Guo dijo que aún es demasiado pronto para saber si podrían desarrollarse medicamentos para proteger a los jóvenes en riesgo.

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