Actualmente llamadas "vasculitis predominantemente cutáneas", ya que no todas cumplen con la característica
histológica leucocitoclástica. También se conocen como vasculitis por
hipersensibilidad, aludiendo al teórico mecanismo patogénico que las
desencadena aunque este término no es el más apropiado debido al origen
similar de algunas vasculitis sistémicas. Dentro de este grupo se engloban
aquellos cuadros que se caracterizan por presentar síntomas referidos de manera
primordial a la piel, generalmente en forma de púrpura palpable, y por
presentar un pronóstico mucho más favorable que el resto de las vasculitis al
no producir daño visceral. Pueden aparecer a cualquier edad, sin mostrar
predominio sexual.
Se afectan vasos de
pequeño calibre, especialmente las vénulas poscapilares, y la alteración más
característica es la leucocitoclastia, esto es, la presencia de restos
nucleares de polimorfonucleares en la pared vascular.La lesión cutánea más habitual y característica
es la púrpura palpable, que normalmente aparece en las extremidades inferiores.
Estas lesiones pueden convertirse en vesículas, ampollas o incluso úlceras.
Las situaciones en las
que pueden aparecer son múltiples. Entre las relacionadas con antígenos
endógenos están las vasculitis secundaria a fármacos, asociadas a enfermedad
del suero, vasculitis asociada a enfermedades infecciosas; y entre las
relacionadas a antígenos endógenos están las vasculitis asociadas a enfermedades
neoplásicas, especialmente linfoproliferativas, las vasculitis asociadas a trastornos
del tejido conjuntivo (AR, LES y síndrome de Sjógren) y las vasculitis asociada
a otras enfermedades subyacentes entre ellas la cirrosis biliar primaria, la
policondritis recidivante, el déficit de alfa1-antitripsina, el bypass
intestinal, la colitis ulcerosa, el síndrome de Goodpasture o la crioglobulinemia
mixta esencial.
Es preciso realizar
una biopsia cutánea para establecer el diagnóstico. A menudo no requieren tratamiento. En los casos
en los que se identifique el antígeno desencadenante o una enfermedad
subyacente asociada, la eliminación de ese antígeno o el tratamiento de dicha
enfermedad es la primera medida, que puede ser suficiente para controlar las
lesiones cutáneas. El tratamiento estaría indicado en aquellos casos en los que
existiese afectación sistémica.
Hola buen día actualmente estoy cursando con una patología muy parecida a la descrita por ustedes. He acudido a varios especialistas pero ninguno ha sabido realmente de que enfermedad exactamente se trata. Me gustaría que me ayudarán de existir esa posibilidad
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