24 feb 2013

Carcinoma epidermoide de esófago


Es el tumor maligno más frecuente del esófago. Existe una gran variabilidad geográfica en cuanto a su incidencia y prevalencia. En el mundo occidental es más habitual en varones, suele aparecer en la sexta década de la vida y se asocia a un estatus socioeconómico bajo.
En cuanto a su etiología, los factores más claramente relacionados son el alcohol y el tabaco, habiéndose vinculado también con la ingestión de ciertos carcinógenos como son los nitritos, los opiáceos fumados y determinadas micotoxinas; en situaciones de daño físico a la mucosa, como la ingestión de alimentos muy calientes tras secuelas de ingestión por cáusticos, estenosis por radiación, síndrome de Plumier-Vinson y la acalasia crónica.

Aproximadamente entre  el 10 - 15% se localizan en el esófago cervical, el 50 % en el tercio medio del esófago y el 35 % en el tercio inferior. La aparición de disfagia progresiva de características mecánicas y pérdida de peso son los síntomas más frecuentes de presentación. En la práctica se asume que el comienzo de la disfagia significa que la enfermedad es ya incurable debido a que el esófago tiene un suministro vascular muy rico y carece de cubierta serosa. Asimismo, puede presentarse odinofagia, dolor torácico, vómitos, regurgitación, episodios de broncoaspiración, hipo y ronquera. También se han descrito cuadros paraneoplásicos. Pueden aparecer fístulas traqueoesofágicas entre el 6 al 12 % de los pacientes. La enfermedad se extiende a los ganglios linfáticos adyacentes y a los supraclaviculares, así como al hígado, pulmones y pleura.

En referencia al diagnóstico, los estudios radiológicos con contraste baritado en técnicas de doble contraste pueden identificar la mayoría de las lesiones malignas; sin embargo, las lesiones más pequeñas pueden apreciarse mal, por lo que siempre es obligado, ante la sospecha de cáncer esofágico, realizar una esofagoscopia  con toma de biopsias y cepillado de la lesión para su posterior estudio citológico. La TC se utiliza para valorar la extensión local del tumor y para el estudio de metástasis en el tórax y el abdomen, también se usa la ultrasonografía endoscópica para el estudio de la extensión  local del tumor. Debe realizarse una broncoscopia en los tumores del tercio superior y medio para valorar la resecabilidad. Según el estadio, localización, y extensión de cáncer la quimioterapia puede ser una opción para el tratamiento. En cuanto la cirugía, existen pocos pacientes candidatos a esta opción, y de los que sobreviven a esta, menos del  20 % alcanzarán la supervivencia a los cinco años.

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