14 feb 2013

Enfermedad de Paget


La enfermedad de Paget se presenta con mayor frecuencia en varones que en mujeres y la su prevalencia es de 1,5% en la población mayor de 55 años. La presencia de inclusiones virales en los osteoclastos de estos pacientes hace postular que una infección viral, pudiera producir la enfermedad en sujetos predispuestos genéticamente, al alterar la actividad de los osteoclastos.
La característica principal de esta enfermedad es el aumento de resorción ósea, seguido de un incremento compensatorio en la síntesis. En la fase inicial predomina la resorción ósea (fase osteoporótica, osteolítica o destructiva), seguida de una fase mixta en la que la formación ósea se acopla a la resorción. A medida que disminuye la actividad osteoclástica, aumenta la formación de hueso denso y menos vascularizado (fase osteoblástica o esclerótica).

Muchos pacientes se encuentran asintomáticos, y el diagnóstico se realiza de forma casual por la elevación de los niveles de fosfatasa alcalina o por la aparición de alteraciones radiológicas características. El dolor óseo primario es la manifestación clínica más habitual. Suele ser de intensidad moderada, no relacionado con el movimiento. Algunos pacientes refieren la aparición gradual de deformaciones o tumefacción en extremidades, que impiden la marcha, cefalea y dolor en la región facial, dolor de espalda y de miembros inferiores. Si hay afectación de la cadera, puede simular una enfermedad articular degenerativa. Puede haber pérdida de la audición y crecimiento de cráneo con complicaciones neurológicas.
Tanto los parámetros bioquímicos de formación (fosfatasa alcalina, osteocalcina, procolágeno) como de resorción ósea (hidroxiprolina, fosfatasa acida, piridolina, deoxipiridolina y telopéptido) suelen estar elevados. En la actualid se sigue utilizando como prueba de elección para el despistaje y la respuesta al tratamiento los niveles de fosfatasa alcalina.
En los exámenes radiológicos la pelvis es la estructura ósea más afectada. Un rasgo radiológico casi constante, importante para el diagnóstico diferencial con otros procesos, es el aumento local del tamaño óseo, secundario a la formación de hueso cortical subperióstico. Los huesos largos se arquean, el cráneo se ensancha y aumenta el grosor del diploe externo, y en la pelvis suele aparecer engrosamiento característico del orificio pelviano superior.

Muchos pacientes no requieren tratamiento porque la enfermedad es localizada y asintomática ,las indicaciones para éste son: dolor óseo persistente, compresión nerviosa, deformidad ósea de progresión rápida que dificulta la marcha, insuficiencia cardíaca, hipercalcemia e hipercalciuria y fracturas óseas. Se dispone de dos tipos de fármacos: la calcitonina y los bifosfonatos (alendronato, risedronato, zoledronato, ¡bandronato), que coinciden en su efecto inhibidor sobre los osteoclastos. 

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