La disminución de síntesis de cadenas beta (b-talasemias)
es más frecuente en el área mediterránea, Oriente próximo y África, mientras
que la disminución de síntesis de cadenas a (a-talasemias) es más frecuente en
Asia. En las talasemias, el defecto hemolítico es provocado por el exceso de
cadena de globina que se sintetiza normalmente, que al no poder unirse a la
cadena de globina que se sintetiza defectuosamente, precipita en el interior
del hematíe, ocasionando lesión del mismo y una hemolisis, además de
eritropoyesis ineficaz.
En las beta talasemias, las más comunes, según la gravedad clínica
y la forma genética, se reconocen dos tipos. La talasemia minor o rasgo
talasémico (heterocigotos simples), quienes la padecen no presentan prácticamente
anemia ni sintomatología, y corresponden
a la variante clínica más frecuente. Y el otro tipo es la talasemia major
(anemia de Cooley) o talasemia homocigota, en la que la gran disminución de
síntesis de cadena b ocasiona un descenso importante de síntesis de hb A1, con
un consiguiente aumento de la formación de hb A2 y hb F. La grave anemia
ocasiona un incremento de eritropoyetina, que a su vez da lugar a una enorme
hiperplasia de médula ósea, originando malformaciones óseas en el niño, tales
como pseudoquistes en manos y pies y deformidad de cráneo, como cráneo "en
cepillo " alteración de la
neumatización de los senos y mala colocación dentaria.
Al haber aumento de hb fetal, existe una hipoxia tisular crónica, que incrementa
la formación de eritropoyetina, y esto a su vez produce una mayor hiperplasia
medular y un aumento de absorción de hierro, con la consiguiente hemosiderosis
secundaria. Además los pacientes presentan organomegalias por hematopoyesis
extramedular. Como consecuencia de la hemosiderosis
secundaria, se producen anomalías en el funcionamiento del hígado, glándulas endocrinas
y, sobre todo, del corazón, causante fundamental del mal pronóstico de la
enfermedad y la mortalidad de los niños.
El diagnóstico debe sospecharse en un
paciente con hemolisis congénita grave, microcitosis e hipocromía. Se confirma
mediante electroforesis de hemoglobina, que objetiva descenso de hb A1, e
incremento de hb A2 y hb F. El tratamiento de elección debe ser el trasplante
alogénico de precursores hematopoyéticos.
En casos en los que no se pueda realizar un trasplante, la esplenectomía mejora
la sintomatología de la enfermedad y las transfusiones evitan las
malformaciones óseas, además deben administrarse con quelantes del hierro. Se recomiendan fármacos que incrementan la síntesis de cadenas gamma por tanto, hemoglobina fetal como lo son el butirato, la 5-azacitidina y la hidroxiurea.
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