Si no se tratan los episodios de
artritis gotosa aguda, con el tiempo se puede desarrollar la gota tofácea crónica.
Los tofos son granulomas que se forman alrededor de cristales de urato monosódico.
Tienen gran capacidad erosiva en los huesos afectados. Sus localizaciones más características
son la primera articulación metatarsofalángica, las articulaciones de manos, sobre los
tendones como el aquíleo y en superficies cutáneas como el codo o el pabellón auriculares.
La alteración radiológica típica que
se aprecia en gota es una erosiono ósea, que puede ser intraarticular,
paraarticular o a distancia de la articulación. Las erosiones suelen ser
redondeadas y con un borde bien definido “en sacabocados” y están rodeadas de
un borde esclerótico. Puede existir un margen o labio sobresaliente.
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